Cómo prevenir infecciones por Shigella

La infección por Shigella (Shigelosis) es una infección gastrointestinal causada por un grupo de bacterias conocidas como Shigella: Shigella sonnei, S. flexneri, S. boydii y S. dysenteriae. El signo principal de infección por Shigella es la diarrea, que suele contener sangre.

Su vía de transmisión es fecal-oral y se la ha aislado en agua y alimentos contaminados con heces humanas. Las personas se infectan con Shigella, muy contagiosa, cuando entran en contacto e ingieren pequeñas cantidades de bacterias provenientes de las heces de una persona infectada. A diferencia de la salmonelosis o la campilobacteriosis, la Shigelosis no es una zoonosis, es decir, no se transmite de animales a humanos ya que estos primeros no son portadores de la bacteria, sino que su principal reservorio es intestino del ser humano.

Por ejemplo, puede ocurrir que haya infección de Shigella por la manipulación y preparación de alimentos cuando el personal que los manipula no se lava bien las manos después de utilizar el baño. La bacteria también puede transmitirse a través de alimentos infectados. Los de mayor riesgo de contaminación por Shigella se consideran las frutas y verduras que se consumen crudas, en ensaladas o formando parte de productos listos para el consumo, como bocadillos, o al beber o nadar en agua no potable.

Los niños menores de 5 años tienen mayor probabilidad de contraer una infección causada por Shigella, pero puede pasar a cualquier edad. Por lo general, los casos leves desaparecen solos en una semana. Cuando se necesita tratamiento, los médicos suelen recetar antibióticos.

La Shigel·losi está considerada una de las diarreas de origen bacteriano más transmisible, ya que una dosis muy baja puede causar infección. Los brotes ocurren con mayor frecuencia en guarderías y escuelas, residencias, restaurantes u hospitales.

Durante el procesamiento de los alimentos, el principal tratamiento de inactivación de Shigella es la temperatura: no sobrevive a tratamientos térmicos a 70ºC oa la pasteurización (60ºC durante 30 minutos), y no se multiplica a temperaturas de refrigeración (<10ºC).

También es importante el control del agua de regar frutas y verduras, así como separar los alimentos crudos de los procesados ​​y mantener superficies, utensilios y otros materiales utilizados con buena limpieza y desinfección.

Finalmente, es necesario cuidar el control de las moscas en establecimientos alimentarios, ya que estos insectos pueden transmitir la bacteria al posarse en los alimentos si previamente se han contaminado al tocar materia fecal.

Así pues, para prevenir las infecciones por esta bacteria es imprescindible mantener buenas prácticas de higiene, especialmente en la industria alimentaria, en la manipulación y en la preparación de alimentos.

Por todo ello, en este tipo de servicios alimenticios o residenciales, es muy importante contar con un servicio integral de control de plagas y desinfección, así como confiar en los profesionales especializados.

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