Las nuevas plagas: jabalíes, conejos y corzos

Más allá de las plagas más conocidas (ratas, mosquitos, avispa asiática, cucarachas o chinches, entre otras), cada vez es más habitual oír hablar de nuevas plagas, en este caso de mamíferos, que proliferan en los entornos urbanos y/o agrícolas y crean problemas por donde pasan.

Cada vez son más los jabalíes que salen de bosques y montañas y se acercan a las ciudades, especialmente a las grandes, donde pueden encontrar alimento de manera fácil entre la basura acumulada cerca de contenedores. Además, estos animales han perdido el miedo a las personas e incluso a los vehículos. Tienen un olfato muy desarrollado para poder detectar raíces y gusanos bajo tierra y esto hace que puedan localizar comida escondida y para poder acceder a ella provoquen destrozos. Aunque Unió de Pagesos reclamó ya hace años que se suprimieran las vedas para cazar esta y otras especies, como los corzos, los expertos avisan que por mucho que se aumente la caza, esto no es una solución por sí sola, ya que se reproduzcan más y hacen reproducir animales más jóvenes para seguir creciendo como especie. Las esterilizaciones tampoco serán efectivas si no se ponen muchos más recursos de los que se dedican hoy en día, dicen.

Este año los medios de comunicación también se han hecho eco de plagas de conejos en el Pla de Lleida. Estas plagas son un problema habitual en el Segrià, pero cada vez se extienden a más poblaciones y plantaciones de toda Cataluña, por su gran capacidad reproductiva. Los conejos destrozan las cosechas ya que no sólo comen lo que encuentran a ras de suelo y mordisquean las cepas de los árboles pudiendo provocar su muerte, sino que también saltan de rama a rama hasta destrozarlos. El gobierno de la Generalitat ya reconoció este pasado verano que las densidades de conejos son “excesivas” y que han crecido sin cesar en la última década. Para resolverlo, el Departamento de Acción Climática ideó unas primeras propuestas: avanzar la temporada de caza, prohibir capturar zorros, poner jaulas trampa para conejos o cartografiar las zonas afectadas.

Por su parte, el corzo es uno de los animales salvajes que suele dañar los cultivos, especialmente en la viña, comiéndose los brotes tiernos y evitando que ya no salga uva. Normalmente, ataca desde principios de primavera y hasta agosto. Los campesinos del Priorat denuncian que es un mal endémico.

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