Las chinches también están activas en invierno

Aunque la mayoría de plagas suelen aumentar durante los meses más cálidos del año, hay otras que no son tan estacionales y que perduran, de una u otra forma, también en los meses de frío.

Es el caso de las termitas, arañas, roedores o chinches de cama. Estas últimas suelen habitar en climas templados, pero como se esconden en lugares concretos de las viviendas y la temperatura de éstas suele ser más cálida que en el exterior, es una plaga que puede sufrirse, y mucho, también en el invierno.

Las chinches de cama o domésticas (Cimex lectularius) son muy difíciles de eliminar -son necesarias varias actuaciones para erradicarlas- y suelen esconderse en los colchones, cabezales, sofás, grietas de los muebles e incluso en los zócalos de las viviendas. Por la noche, salen a chupar la sangre de los mamíferos, ya sean personas o animales, que vivan allí.

Algunas personas responden a infestaciones de las chinches de cama con ansiedad, estrés e insomnio. También se pueden producir infecciones de la piel y cicatrices al rascar las picaduras.

Estos insectos llegan a las viviendas transportadas por las personas y por tanto, hay que tener mucho cuidado, especialmente si se viaja a países de climas cálidos o templados. En estos casos, es necesario que se revisen a fondo las estancias en las que se pasará la noche, así como las maletas al volver a casa. También es necesario lavar la ropa que se ha utilizado durante el viaje a la máxima temperatura posible. Y, una vez la plaga ya está presente, es necesaria la actuación de profesionales especializados en control de plagas, por la complejidad a la hora de combatir estos insectos.

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